El padre Juan Eudes, contemplativo del don sublime de corazón divino a los pecadores que transfigura la éticaMe dijo el Salvador: “Está tan rebosante mi divino Corazón de aprecio a los hombres y, en particular, hacia ti, que, no pudiendo contener en él las llamas de su fogoso caridad, se ve como forzado a derramarlas por tu medio sobre las a